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Errores típicos al aprender idiomas
Cuando empezamos con un nuevo idioma es muy frecuente que nos pongamos rápidamente a ver por aquí y por allá cómo se dice ésto y cómo se dice lo otro, pues al principio no parece tan complicado e incluso hasta fácil podría resultar. Pero claro, ésto es producto de la emoción de quien ve algo nuevo, por lo que al cabo de un tiempo, que por lo general suele ser corto, puede tornarse la situación y convertirse en un suplicio. Por ello vamos a ver algunos de los errores típicos al aprender idiomas.
El primero de ello, y más clásico, es ponerse a estudiar un idioma por simple moda o ilusión al tener una idea un poco equivocada del mismo. Hay lenguas como la francesa que pueden parecer muy atractivas al oído e incluso sencillas al ver que su escritura no es muy distante a la hispana, y luego pasa lo que pasa, que llega la pronunciación y la gente se desespera. Se trata de un idioma donde la pronunciación es muy complicada, aspecto que suele ser la fuente principal de abandono en dan por imposible este idioma. Pues bien, con esto quiero decir que si nos metemos a aprender un idioma nuevo debemos ser conscientes de que se tornará más duro de lo que podríamos imaginar y que llegarán momentos de bajones, por lo que se vuelve necesario tener una razón realista por la que debamos aprender el idioma en cuestión. Puede ser que lo necesitemos para obtener tal o cuál titulación, o mismamente que no nos queda otra por temas laborales. Recordad esto para cuando leáis el último párrafo.
Otra de las situaciones donde la gente suele meter la pata es cuando se pone a aprender idiomas de manera autodidacta. Esto puede ser muy divertido, sin tener que pasar el mal rato de tener que dar explicaciones al profesor o de tener que tener cierto horario en una academia. No digo que no, pero también es cierto que aprenderíamos el idioma con muchos vicios y que el proceso sería mucho más duro y largo que haciéndolo en una academia de idiomas. La explicación es sencilla: un profesor sabe cómo enseñar un idioma, está formado para ello, y en consecuencia sabe qué es lo importante en cada punto de la enseñanza. Eso sin contar, claro está, que nos genera un sentimiento de mejora para no quedar mal delante de él.
También es bastante frecuente que la gente se ponga con un idioma únicamente para alcanzar determinados niveles en la Escuela de Idiomas o para tener ésta o aquella certificación. Esto está muy bien para el curriculum, pero hay un problema, y es que si no tenemos una razón práctica por la que tener que estudiar esa lengua la iremos olvidando, y al final no será más que una titulación ciertamente cuestionable en nuestro curriculum. Así pues, como os decía más arriba, buscad una razón realista para meteros con un nuevo idioma y sólo si después vais a practicarlo, sino es muy probable que no acabe mereciendo la pena.