La importancia de enseñar idiomas a los niños

En mis tiempos se comenzaba en el colegio a impartir inglés cuando estábamos en tercero de primaria, es decir, con nueve años; y visto con perspectiva a día de hoy podría considerarse cómo aquella política educativa no era muy acertada, pues muchos de los chavales de mi generación (nacidos en el 85) han tenido muchos problemas con las lenguas extranjeras. De ahí que a día de hoy su enseñanza comience a edades más tempranas aún, cosa que no es de extrañar, ya que los niños pequeños son como esponjas, pues interiorizan rápidamente todo lo que ven.

Y no sólo es que siendo pequeños vayan a aprender mejor el idioma en el que se les quiera introducir, sino que además hay que tener en cuenta cómo al inicio en el cerebro de los niños se establecen las conexiones neuronales que harán que su capacidad mental sea mayor o menor. Es decir, que cuando antes se les empiece a enseñar idiomas probablemente en un futuro acaben obteniendo un mejor rendimiento académico y teniendo un razonamiento más lógico. Y de igual manera que sucede con los idiomas podría pasar con actividades como la pintura, el ajedrez, la música o las matemáticas.

¿Nunca os ha pasado que os hayáis puesto de adultos a aprender una lengua y que os haya resultado tremendamente complicado? Ésto no pasa con los niños pequeños, por la simple razón de que en sus inicios, y a tenor de lo que os comentaba del funcionamiento del cerebro, les es indiferente aprender uno o dos idiomas; el nivel de dificultad será el mismo, pues una vez comienzan a percibir la entonación y estructura de la lengua se habitúan a ella hasta dominarla; independientemente de que sea español, inglés o chino. Pero claro, para que esto suceda hay que saber guiarles, por lo que el proceso deberá ser el mismo que el empleado para que aprenda la lengua materna; es decir, primero escuchando, luego comprendiendo, después hablando y finalmente leyendo y escribiendo.

Con el tiempo, y ya situados en una edad escolar -a partir de los 6 años-, podría ser interesante que entraran a clases extraescolares del idioma en cuestión, pues puede suceder que si la lengua aprendida en la infancia no es practicada en familia pueda perderla o ver cómo ésta se “oxida”, por lo que sería de mucha ayuda mantenerla a base de clases extraescolares. Además de que ahí podrá perfeccionar su aprendizaje,y algo no menos importante, mantendrá su tiempo ocupado en algo realmente productivo, evitando de esta manera los peligros que corren los niños de hoy en día: obesidad, videojuegos y telebasura. Y no, no es que tenga mentalidad de abuelo trasnochado, sino que he madurado con los años, y a día de hoy soy consciente de que lo que antaño podía parecerme divertido podía haberme llevado por una mala senda de no haber sido guiado por el buen camino. Cuestión de tener buenos padres.

En definitiva, si podéis enseñad idiomas a los niños, a vuestros hijos, pues con el conocimiento de una nueva lengua les estaréis haciendo un favor enorme.